domingo, 19 de abril de 2015

Aprender mientras se Enseña

Nos fue designado un 3 año para llevar adelante las prácticas finales del profesorado en Química. Entramos al aula de una de las escuelas más tradicionales de la ciudad de Córdoba.
 El curso estaba compuesto por treinta y cinco alumnos de catorce a quince años y el espacio de tiempo para las clases de química ocupaban tres módulos seguidos.
Nos recibió muy bien la profe,  el grupo de alumnos presentaba características que nos impactaron y  sorprendieron. Ingresamos a un curso, donde nadie atendía a lo que sucedía al frente del aula, nadie escuchaba ni aceptaba indicaciones. La mayoría de los estudiantes estaban sintonizados desde sus propios celulares, a la música. Otros,  jugaban a las cartas mientras la profesora a cargo intentaba enseñar el tema del día. Pocos permanecían en sus bancos, sentados. El bullicio por momentos, se volvía ensordecedor. Esta era la primera vez que tomábamos contacto con el grupo de alumnos y desde esas observaciones debíamos trabajar para planificar el tema asignado: configuración electrónica. Concepto abstracto pero central para la comprensión de temas que permitirán comprender y explicar por ejemplo porque los átomos se unen y forman compuestos.
La cuestión era; ¿cómo trabajar en una clase con las características observadas en la misma?
Reunidas a encontrar maneras de presentar un contenido complejo atendiendo las características observadas y tras analizarlas, encontramos que el juego sería un puente para acercarnos primero a ellos.
El juego de la cinta abriría la clase. Una cinta dividiendo el aula y ubicándolos a los alumnos a ambos lados de la misma y sostenida por la profesora del curso y una de nosotras. La idea tomada de la película Escritores de la libertad iba a permitir generar el clima para trabajar. Pero también la cinta buscaba unirlos, separar los estereotipos con los que se disfrazaban para acercarlos entre sí.
La segunda parte de la clase fue formar dos grupos entre aquellos que coincidieron en la última pregunta versus los que no. La idea era mezclarlos para introducirlos al segundo juego.
Quantum Hotel es como cualquier hotel con habitaciones en distintos pisos donde acepta solo dos huéspedes por habitación. Lo particular es que no permite ocupar nuevas habitaciones si la anterior no se completó con dos huéspedes. Además cada piso se identifica con el número y una letra. Por eso podemos encontrar la habitación del piso 1 s o la del  2 s o la del 3p.
De esa manera fuimos estableciendo las reglas de la construcción de la configuración electrónica haciendo que por grupo completen en el pizarrón el llenado de habitaciones. Todos participaron, todos colaboraron y aportaron para su grupo. Desde este juego los conducimos a realizar la configuración electrónica de distintos átomos y a poder extraer información desde la configuración sin necesidad de usar la tabla periódica.  

Entusiasmados todos, no percibimos que el tiempo pasó sin darnos cuenta. La hora de química había finalizado por esa semana, pero de una manera distinta.
Los alumnos, habían comprendido el tema y nosotras  habíamos logrado buenos resultados.








Mariela Orioli

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