Nos fue designado un 3 año para llevar adelante las prácticas finales
del profesorado en Química. Entramos al aula de una de las escuelas más
tradicionales de la ciudad de Córdoba.
El curso estaba compuesto por
treinta y cinco alumnos de catorce a quince años y el espacio de tiempo para
las clases de química ocupaban tres módulos seguidos.
Nos recibió muy bien la profe, el
grupo de alumnos presentaba características que nos impactaron y sorprendieron. Ingresamos a un curso, donde
nadie atendía a lo que sucedía al frente del aula, nadie escuchaba ni aceptaba
indicaciones. La mayoría de los estudiantes estaban sintonizados desde sus
propios celulares, a la música. Otros, jugaban a las cartas mientras la profesora a cargo
intentaba enseñar el tema del día. Pocos permanecían en sus bancos, sentados. El
bullicio por momentos, se volvía ensordecedor. Esta era la primera vez que
tomábamos contacto con el grupo de alumnos y desde esas observaciones debíamos
trabajar para planificar el tema asignado: configuración
electrónica. Concepto abstracto pero central para la comprensión de temas
que permitirán comprender y explicar por ejemplo porque los átomos se unen y
forman compuestos.
La cuestión era; ¿cómo trabajar en
una clase con las características observadas en la misma?
Reunidas a encontrar maneras de presentar un contenido complejo
atendiendo las características observadas y tras analizarlas, encontramos que el juego sería un puente para acercarnos primero a ellos.
El juego de la cinta abriría la clase. Una cinta dividiendo el aula y
ubicándolos a los alumnos a ambos lados de la misma y sostenida por la
profesora del curso y una de nosotras. La idea tomada de la película Escritores de la libertad iba a permitir
generar el clima para trabajar. Pero también la cinta buscaba unirlos, separar
los estereotipos con los que se disfrazaban para acercarlos entre sí.
La segunda parte de la clase fue formar dos grupos entre aquellos que coincidieron
en la última pregunta versus los que no. La idea era mezclarlos para
introducirlos al segundo juego.
Quantum Hotel es como cualquier hotel con habitaciones en distintos pisos donde
acepta solo dos huéspedes por habitación. Lo particular es que no permite
ocupar nuevas habitaciones si la anterior no se completó con dos huéspedes.
Además cada piso se identifica con el número y una letra. Por eso podemos
encontrar la habitación del piso 1 s o la del 2 s o la del 3p.
De esa manera fuimos estableciendo las reglas de la construcción de la
configuración electrónica haciendo que por grupo completen en el pizarrón el
llenado de habitaciones. Todos participaron, todos colaboraron y aportaron para
su grupo. Desde este juego los conducimos a realizar la configuración
electrónica de distintos átomos y a poder extraer información desde la
configuración sin necesidad de usar la tabla
periódica.
Entusiasmados todos, no percibimos que el tiempo pasó sin darnos cuenta.
La hora de química había finalizado por esa semana, pero de una manera
distinta.
Los alumnos, habían comprendido el tema y nosotras habíamos logrado buenos resultados.
Mariela Orioli
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